Aunque una lengua está pensada para
hablarla todos los profesores estamos de acuerdo que la expresión oral es casi el mayor desafío. En
la mayoría de los casos los estudiantes pueden entender lo que dice el profesor,
conocen el vocabulario, saben conjurar los verbos pero cuando tengan que expresarse tienen enormes
dificultades. Normalmente se ponen nerviosos y no se animan a participar en las
actividades orales.
Para que nuestros alumnos se animen a participar en una actividad oral primero hay que tratar de crear un ambiente acogedor en nuestra aula. Los alumnos se tienen que sentir confianza y seguridad. Desde el principio del grupo tenemos que desarrollar el sentido del grupo. Los alumnos no tienen que tener ansiedad a expresarse en el grupo de los compañeros de clase. Si tienen confianza, no tienen miedo de hacer errores y no tienen miedo que los otros se rían de ellos. Así se motivan a participar en las discusiones o conversaciones.
Segundo los alumnos tienen que adquirir experiencia con los sonidos de español. Tienen que entrenar los oídos y tener una exposición amplia en todo tipo de actividades de escucha (grabaciones, la radio, películas, canciones etc.). Así pueden tratar de imitar la pronunciación, la entonación o también frases o palabras que se usan de gente nativa de español.
Los alumnos necesitan tiempo para practicar sus palabras o frases en voz alta. Una buena idea es dejar a los alumnos a trabajar en parejas o en grupos pequeños. Así no sienten la ansiedad de hablar a toda la clase. Con el tiempo cuando ven que los otros tienen las mismas dificultades van a animarse a hablar a un grupo cada vez más grande
De vez en cuando podemos pedirles a grabarse mientras estén hablando. Durante la práctica en casa o también en clase. Con esta manera los estudiantes se acostumbran de escucharse, notan sus errores y realizan una auto evaluación sin que el profesor les corrija.
Para que nuestros alumnos se animen a participar en una actividad oral primero hay que tratar de crear un ambiente acogedor en nuestra aula. Los alumnos se tienen que sentir confianza y seguridad. Desde el principio del grupo tenemos que desarrollar el sentido del grupo. Los alumnos no tienen que tener ansiedad a expresarse en el grupo de los compañeros de clase. Si tienen confianza, no tienen miedo de hacer errores y no tienen miedo que los otros se rían de ellos. Así se motivan a participar en las discusiones o conversaciones.
Segundo los alumnos tienen que adquirir experiencia con los sonidos de español. Tienen que entrenar los oídos y tener una exposición amplia en todo tipo de actividades de escucha (grabaciones, la radio, películas, canciones etc.). Así pueden tratar de imitar la pronunciación, la entonación o también frases o palabras que se usan de gente nativa de español.
Los alumnos necesitan tiempo para practicar sus palabras o frases en voz alta. Una buena idea es dejar a los alumnos a trabajar en parejas o en grupos pequeños. Así no sienten la ansiedad de hablar a toda la clase. Con el tiempo cuando ven que los otros tienen las mismas dificultades van a animarse a hablar a un grupo cada vez más grande
De vez en cuando podemos pedirles a grabarse mientras estén hablando. Durante la práctica en casa o también en clase. Con esta manera los estudiantes se acostumbran de escucharse, notan sus errores y realizan una auto evaluación sin que el profesor les corrija.